Noticias | 06 dic. 2024
¿Hay plásticos en nuestras arterias? Microplásticos y enfermedad cardiovascular
El plástico se ha ido apoderando de nuestras vidas. En la era de los plásticos, el “plasticeno”, los ecosistemas se han alterado con un alto costo en la salud humana y el deterioro del ambiente. Estos materiales se constituyen a partir de una matriz de polímeros provenientes de combustibles fósiles y millas de químicos que le proporcionan propiedades como color, estabilidad, flexibilidad, resistencia al calor y repelencia al agua. Muchos de sus aditivos son tóxicos como los bisfenoles y los ftalatos que afectan el metabolismo lipídico e incrementan el riesgo de diabetes, accidente cerebrovascular y enfermedad coronaria.
Están presentes en los empaques de alimentos, componentes de los automóviles, materiales de construcción, productos electrónicos, elementos de uso domiciliario y en la agricultura. El incremento en su utilización fue exponencial: en los años ´50 la producción anual no alcanzaba los 2 millones de toneladas y hoy en día excede las 400 millones de toneladas. Más del 40% de su fabricación está basada en elementos desechables de un solo uso que contribuyen en forma desproporcionada con la acumulación de basura plástica. El desprendimiento de pequeñas partículas muchas veces no puede ser recolectado y pueden finalmente contaminar aguas y alimentos. El origen puede estar relacionado también con el desgaste de los neumáticos, fibras de prendas de vestir, desprendimiento de mobiliario, o liberación durante el proceso de producción o transporte del plástico.
Los primeros hallazgos de afectación de la salud por su manipulación se dio en trabajadores, pero hoy los aditivos químicos asociados al plástico están presentes en los cuerpos de la mayoría de nosotros. Los trabajos que demuestran efectos eliminados sobre la salud humana son escasos. Recientemente se publicó un estudio italiano que hemos descrito en un newsletter anterior (Marfella R, Prattichizzo F, Sardu C, et al. Microplastics and Nanoplastics in Atheromas and Cardiovascular Events. N Engl J Med 2024;390(10):900-910) que demostró presencia de microplásticos en los ateromas (placas que generan obstrucción) de arterias carótidas que son las que van a irrigar el cerebro en el 58% de los pacientes que fueron operados para desobstruir estos vasos sanguíneos. Aquellos que tenían microplásticos tuvieron peor evolución con mayor mortalidad, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular que aquellos que no los tenían.
¿Cómo llegan los microplásticos a nuestras arterias? El mecanismo aún no está bien diluido. La puerta de entrada es la ingesta y la inhalación y se ha encontrado estos productos en múltiples tejidos como colon, placenta, hígado, bazo y vasos linfáticos.
Mientras avanza el entendimiento sobre el comportamiento de estos contaminantes, ¿qué deben hacer los individuos para actuar contra este potencial elemento de riesgo para la salud?
El primer paso es sugerir la reducción de la utilización de productos plásticos, haciendo énfasis en aquellos descartables de un solo uso. Un hábito que podría reducir el desprendimiento de material es evitar calentar alimentos o bebidas en contenedores plásticos. Utilizar áreas de reciclado y evitar el contacto con fuentes de agua que puedan contaminarse. Colaborar en la difusión de estos temas para que la comunidad pueda desarrollar conductas que defiendan su medioambiente y a través de ello la salud de la población.
En la actualidad se está desarrollando un Tratado Global de Plásticos que promueve las Naciones Unidas para lograr una legislación que ayude a reducir los riesgos y eventuales daños a la salud generados por estos materiales.
Tomando conciencia y trabajando para contrarrestar el efecto de los contaminantes que pueden afectar nuestra salud y degradar el ambiente de nuestro planeta podremos cambiar nuestro destino.
